La REVA no es un torneo, es un evento social.
La REVA es la ocasión para volverte a encontrar con viejos amigos.
La REVA me permite ser un buen anfitrión, pendiente de todos para que no os falte de nada, donde los que vengáis, os sintáis como en casa, disfrutando de un fin de semana con buenos amigos, charlando y compartiendo aficiones. Y si además se puede jugar a BloodBowl, pues mejor, pero eso tiene que ser secundario…
La REVA es un lugar donde estamos todos juntos, evitando grandes desplazamientos, desde el viernes hasta el domingo, comiendo, bebiendo, jugando y descansando lo que se pueda o te dejen…
La REVA tiene unos pilares fundamentales, una esencia y una tradición que no quiero que se pierda.
Tiene su viernes, cuando desde primera hora de la mañana recojo a los primeros amigos que vienen en avión o tren. Cuando al medio día, nos vamos a comer todos juntos. Cuando, después de una buena sobremesa, acudimos a pinchar el primer barril, inaugurando así la barra libre de cerveza. Cuando, por la tarde, puedo empezar a recibir tranquilamente a todos los amigos que vais viniendo, poco a poco, como un goteo, porque oficialmente, la primera ronda es al día siguiente y no hay prisa. Y por la noche, cuando tenemos la ronda Teto, donde podéis elegir a vuestro contrincante, normalmente un amigo con el que nunca habéis jugado o quieres volver a hacerlo, o con el que tienes alguna vendetta que saldar…
Tiene su sábado, cuando te evitas madrugar para jugar la ronda 1 si has jugado tu Teto. Tiene su pequeño homenaje al esmorçaret valenciano a mitad mañana. Tiene su descanso al medio día para comer, todos juntos si quieres para evitar desplazamientos. Y tiene también su noche, cuándo podrás seguir fraternizando o jugar tu ronda Brian.
Tiene su domingo, cuando te evitas madrugar para jugar la ronda 5 si has jugado tu ronda Brian. Tiene su momento de tristeza porque el Torneo se ha acabado, con abrazos de despedida y con planes para nuevas quedadas. Pero tras la comida, tiene su tranquila tarde, donde puedo estar con los amigos que no tienen prisa o no se vuelven hasta el lunes.
Y si mi curro me lo permite, tiene también su lunes, cuando se puede disfrutar de un verdadero esmorçaret valenciano con los amigos que pueden compaginarlo con su vuelta a casa.
¿Y por qué os he explicado qué es la REVA para mí?
Porque organizar una REVA sin que pierda su esencia me está siendo muy complicado.
No quiero renunciar a nada, pero lo que no voy a consentir es duplicar los costes del Torneo por tener un espacio más grande, más nuevo o más moderno.
Todavía estoy ultimando unos detalles y pendiente de la conclusión de alguna reunión.
Tener un poco de paciencia.
La fecha de la REVA sí que es definitiva.
Muchas gracias.
REVA17

El número diecisiete no es una cifra cualquiera. En la tierra del sol naciente, encierra significados antiguos que atraviesan los siglos y resuenan todavía hoy.
En Japón, el haiku condensa en diecisiete sílabas la grandeza del instante: la brevedad que revela lo eterno. Así también ocurre en el Blood Bowl, donde una sola jugada, un único lanzamiento de dados, puede cambiar para siempre el destino de un partido.
Hace más de mil años, el Príncipe Shōtoku trazó la Constitución de los 17 Artículos, un código de honor y disciplina que marcó los cimientos de su pueblo. No eran simples leyes, sino principios que unían orden, estrategia y espíritu. Hoy, evocamos esa herencia como reflejo de lo que significa competir en un torneo: respeto al rival, rigor en la táctica y gloria en la victoria.
Por eso, la REVA 17 se alza bajo el estandarte del Japón eterno, donde el número diecisiete se convierte en símbolo de poesía, norma y destino. Un torneo no es solo un enfrentamiento de dados y miniaturas: es una batalla ritual, un canto breve y feroz que, como el haiku, permanecerá en la memoria.






