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Un rancio orco, joven pero bien entrado en kilos, llega hasta el campo de entrenamiento de un equipo de Blood Bowl orco. Observa entusiasmado como los blitzers destrozan muñecos de paja que simulan líneas enemigos, como los orcos negros aniquilan a dos necios ogros que hacen de sparring como si fuese la defensa adversaria, como los lanzadores lanzan por los aires el ovalado balón pinchudo haciéndolo caer dentro de un barril abierto a decenas de metros de distancia, e incluso el troll, cuando le golpean para que espabile, empieza a repartir pows contra cinco lineas orcos recién llegados al equipo.
El joven orco, emocionado, mira alrededor buscando un puesto de Orca-Colas frescas para comprar una y seguir viendo el sangriento entrenamiento, pero solo ve a un goblin sentado en el suelo sacándose los mocos y mirando atontado a las nubes. Pero pegado al lado del pequeño piel verde hay una lata de Orca-Cola sin abrir. Fresquita. Con pequeñas gotas cayendo por la lata.
Se acerca y poniendo cara de tipo duro se la quita al pequeño goblin sin miramientos. Este ni se da cuenta de lo sucedido y sigue ensimismado mirando al cielo.
El orco niega con la cabeza pensando que se ha fumado alguna seta Sombrero Loco.
Abre la lata y pega un fuerte y sonoro sorbo mientras vuelve la vista hacia el campo e imagina de forma fantástica que le fichan como línea y que en el próximo partido marca el touchdown de la victoria en el último segundo.
Vuelve a pegar otro sonoro sorbo de manera ruidosa.
Se imagina ahora que protege al lanzador del equipo de unos furiosos enanos matatrolls, consiguiendo abrir hueco para que su líder pase por allí y conseguir una espectacular victoria.
Vuelve a beber.
Ahora ya es un blitzer que se dedica a aniquilar a necrófagos, corredores de alcantarilla, elfas brujas y bailarines guerreros sembrando el terror en toda la liga.
Bebe y bebe y bebe hasta agotar hasta la última gota de aquella sabrosa Orca-Cola.
Se le eriza la piel pensando que hiere con sus poderosos puños a ogros, minotauros e incluso hombres árbol.
-Qué coño…! –escucha tras él.
El orco se gira y ve al goblin que se levanta a la vez que termina por sacarse un largo y verdoso moco.
El goblin mira atónito su Orca-Cola ahora vacía.
-¿Que pasa media mierda? –Dice el orco muy ufano observándolo con prepotencia desde arriba.
El goblin lo observa con ojos de cordero degollado. Y le pega tal patada en los cojones que derriba al orco en el acto.
El pequeño piel verde se quita la camiseta enseñando su poderoso y musculado cuerpo esculpido de Fuerza 3 y se lía a golpes con el insensato joven. Como tiene Placar le da tal paliza que no le salva ni su Armadura 9.
Cuando acaba con él lo arrastra, cogiéndolo de una pierna, hasta los pies del troll.
Entonces el goblin saca una Orca-Cola fresca de un cubo con hielo que tienen preparado para los jugadores y abriéndola pega un largo trago.
-Ahhhhh! –dice gustoso-. Ahora vas a saber lo que es el Blood Bowl!
Y el troll, contento por el ofrecimiento de su compañero, termina por destrozar al joven orco por completo.
Ziempre Orca-Cola!!!
